Esta mañana muy temprano he salido de Navajún, Logroño, donde estuve ayer realizando gestiones mercantiles. Al cabo de hora y media de viaje hacia Madrid, estando en la provincia de Soria, sentado en la mesa de un bar frente a la iglesia románica de San Miguel en Almazán, mientras degustaba unas delicias de cerdo (torreznos sorianos) con un café para desayunar, y como no tenía prisa en llegar a casa, he decidido desviarme para pasar por Beleña de Sorbe, provincia de Guadalajara, total, media hora más de viaje y unos pocos kilómetros de diferencia con el valor añadido de la recompensa de poder contemplar su mensario.
Tranquilidad, no vamos a mostrar el archiconocido mensario, al menos hoy, sólo nos vamos a parar en la portada, sí, pero ante un detalle: el primer capitel de la izquierda.
Estamos ante la conocida escena del casto José huyendo de la mujer del eunuco Putifar que, coronada de flores, pretende retenerle por la capa, y tras ella aparece la figura de hombre que por burlón capricho cruel del escultor representa al impotente y encolerizado esposo con el cabello revuelto y pies de macho cabrío para mejor resaltar su condición de sentirse engañado.
José huye y se deja la capa en manos de la esposa de Putifar |
Pero dejemos que lo cuente la Sagrada Escritura.
Dice así Gn. 39,
"10 Ella insistía en hablar a José día tras día, pero él no accedió a acostarse y estar con ella.
11 Hasta que cierto día entró él en la casa para hacer su trabajo y coincidió que no había ninguno de casa allí dentro.
12 Entonces ella le asió de la ropa diciéndole: «Acuéstate conmigo.» Pero él, dejándole su ropa en la mano, salió huyendo afuera.
13 Entonces ella, al ver que había dejado la ropa en su mano, huyó también afuera y gritó a los de su casa diciéndoles:
14 - «¡Mirad! Nos ha traído un hebreo para que se burle de nosotros. Ha venido a mí para acostarse conmigo, pero yo he gritado,
15 y al oírme levantar la voz y gritar, ha dejado su vestido a mi lado y ha salido huyendo afuera.»
16 Ella depositó junto a sí el vestido de él, hasta que vino su señor a casa,
17 y le repitió esto mismo: «Ha entrado a mí ese siervo hebreo que tú nos trajiste, para abusar de mí;
18 pero yo he levantado la voz y he gritado, y entonces ha dejado él su ropa junto a mí y ha huido afuera.»
19 Al oír su señor las palabras que acababa de decirle su mujer: - «Esto ha hecho conmigo tu siervo»- se encolerizó."
Del mensario ya si eso hablaremos otro día que vayamos con menos prisa.
Antonio García Francisco
Madrid, junio 2024
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