Si abrimos un libro de historia y nos vamos al capítulo referente a la guerra civil española, la campaña naval es una de las grandes desconocidas. El dominio del mar por una de las partes, asegura múltiples facetas de relevante importancia a la hora de superar las dificultades que un conflicto trae inherente con él.
El dominio de los mares te asegura el bloqueo de los suministros de tu enemigo y de su flota, te asegura los tuyos y te da posibilidad de actuar con libertad de movimientos a la hora de decidir el punto de contacto y poca acción es más importante para desmoralizar a las tropas que un bombardeo naval, donde el peso de la andanada y su concentración en puntos concretos, hace que causen un efecto desmoralizador de grandes proporciones, a la vez que produce la neutralización de las defensas.
Como decíamos, la guerra civil española no estuvo exenta de tales acciones. Como ejemplos podemos enumerar la guerra en el Mediterráneo que los submarinos italianos y nacionales proyectaron en un intento de interceptar los suministros llegados desde la Urss, el bloqueo de la marina alemana de superficie que, incluso, llevó al l bombardeo de Almería por el acorazado de bolsillo «Deutschland» y sus escoltas, el paso del estrecho…
A su vez el Cantábrico sufrió los avatares de la confrontación con bombardeos en apoyo de las tropas nacionales que avanzaban por la costa donde el Crucero Almirante Cervera se erigió como protagonista, incluso en la famosa batalla del Mazucu, lo proyectiles navales tuvieron su cabida. El bloqueo naval impuesto por el bando nacional interceptó y hundió decenas de barcos que, incluso, llevó a roces con los buques ingleses que protegían a mercantes británicos hasta aguas españolas.
Ante este desafío, las fuerzas defensoras intentaron levantar un muro donde se pudieran estrellar los esfuerzos del enemigo y erizaron las costas con blocados, casamatas, posiciones de artillería, puntos de observación, en un intento de dar al traste con los intentos de penetración del enemigo.
Para hablarnos de ese mundo olvidado por el paso del tiempo y el poco interés, nos acompaña un experto sobre esa arquitectura de guerra que jalona muchos parajes asturianos y que no deja de ser historia que debemos conservar para que no se nos olvide por qué están ahí:
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