De nuevo nos
presentamos antes vosotros para hablar de sostenibilidad. Esta palabra se ha
hecho tan normal en nuestro vocabulario que parece que la llevamos utilizando
muchos años, décadas diría yo, pero no es así.
Tal y como nos dijo
nuestro compañero César Cifuentes en la presentación de la ponencia de Rosario
Alonso del viernes pasado, sostenibilidad es uno de esos nuevos términos que se
han hecho virales desde no hace mucho tiempo a esta parte. Pero la pregunta que
yo me hago es la siguiente ¿qué es la sostenibilidad?
La sostenibilidad
nos referimos por definición:
“a la satisfacción de las necesidades actuales sin
comprometer la capacidad de las generaciones futuras de satisfacer las suyas,
garantizando el equilibrio entre crecimiento económico, cuidado del medio
ambiente y bienestar social”.
La sostenibilidad para un empresario es la capacidad de mantener su producción sin elevar costes y manteniendo el rendimiento económico lo más alto posible y en muchas ocasiones, sin mirar los posibles agravios que esto pueda traer.
La sostenibilidad, para un trabajador
mileurista, es seguir trabajando todo lo que pueda para mantener esas mínimas
necesidades que su maltrecha economía requiere, incluso a costa de salir de un
trabajo para entrar en otro y rezando para que este mes no tenga algún susto que le
haga perder ese frágil equilibrio entre ingresos y gastos.
Con esto solo quiero decir que la necesidad de recursos y su consumo no es aplicable para todos nosotros, y si hablamos de países, el problema se multiplica de manera exponencial. Tenemos que ser conscientes que sostenibilidad para muchos de nosotros es sinónimo de necesidad, lo que ocurre es que no todos necesitamos ni nos conformamos con lo mismo, eso depende de nuestra propia líneas rojas y hasta donde somos capaces de sacrificar por el bien común.
No hay comentarios:
Publicar un comentario