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jueves, 10 de noviembre de 2022

Un salmo escrito en piedra. Buscando la interpretación de un capitel

      

Este capitel está ubicado en el lado norte del arco triunfal de la iglesia de Santa María en Bárcena de Pienza, Burgos, es decir, en el lado del evangelio, el más importante litúrgicamente hablando. Su interpretación, partiendo de que en este menester no existe la objetividad, además de que no hay libro de instrucciones ni una regla general, lo cual nos lleva a mi tercera norma (hay tantas interpretaciones como intérpretes), fue un pequeño rompecabezas para mí, pero creo que a día de hoy tengo una respuesta y voy a intentar explicarme ante ustedes, cuya paciencia ya conozco



Iglesia SAnta María. Bárcena de Pienza, Burgos. 
Cara izquierda y central

Iglesia SAnta María. Bárcena de Pienza, Burgos. 
Cara derecha y central


Para hacer una aproximación, reproduzco la descripción que de él hace la Enciclopedia del Románico, tomo VIII, página 1605:

"[…] tiene una composición más compleja, con dos escenas: en la occidental una figura humana vestida abraza a dos unicornios y en la oriental se disponen dos leones afrontados, pero con las cabezas vueltas, entre cuyas patas delanteras surge otra cabecita felina, a la vez que sobre toda la escena, en el ángulo del capitel, se dispone otra cabeza, humana y barbada. Se ha querido ver aquí una representación de la Ascensión de Alejandro y quizá la relación entre hombres y animales –en ambos casos–, así pudiera indicarlo, pero a los cuadrúpedos les faltan las alas, elemento imprescindible para poder volar hasta los cielos. El cimacio es de celdillas cuadrangulares, con cinco bolas colgantes recorriendo el frente."


Cabe decir que no tuve (¡fallo imperdonable!), la precaución de documentarme sobre lo que iba a ver antes de la visita, y por eso no es de extrañar que cuando lo vi solté imprudentemente en voz alta algo así como 

-"¡Oye, mira qué bonita imagen del buen pastor con dos cabritas!",

Craso error. Indisculpable. Mi mujer, con ese muy buen criterio que la caracteriza, me dice que no patine, que no son cabras, que son unicornios, y que además están dominados porque llevan collar. Como siempre, lleva razón. Primera norma: al canecillo y al capitel, mirarlo del derecho y del revés. Y yo acababa de incumplirla. Ya van dos fallos.

Miro al otro lado de la cesta y se ven dos leones que están orientados uno hacia el otro con las cabezas vueltas, un cachorrito debajo y una cabeza humana encima. Empezamos a elucubrar. Parecen los leones de Loarre.

Vuelvo al coche y cojo la guía que debiera haber llevado en la mano desde un principio. Nos explica que estamos ante una representación de la ascensión de Alejandro Magno para ver desde el cielo todos sus reinos. Esta interpretación solo deja ver que está clara la tendencia a copiar unos autores de otros, cosa muy frecuente. ¿Para qué pensar si ya pensaron otros antes? 

Que inventen, pues, ellos y nosotros nos aprovecharemos de sus invenciones, escribía en 1906 don Miguel de Unamuno. (El pórtico del templo. Diálogo divagatorio entre Román y Sabino, dos amigos. Miguel de Unamuno, obras completas IX, edición de Ricardo Senabre en Biblioteca Castro, pág. 154).

Ascensión de Alejandro. Fidenza, Italia


Ascensión de Alejandro. Basílica de San Marcos, Venecia. S. XII




 

Ascensión de Alejandro. Tapiz S. XV. Génova

 

La cosa no nos cuadraba, lo mismo que parece ser que no cuadra demasiado bien en la Enciclopedia mencionada y la causa es sencilla: los unicornios no tienen alas y en el mito de Alejandro se habla de grifos hambrientos atados a una cesta, y estos están muy dóciles y sin ataduras salvo el collar. 

Remagen, Alemania

Descartados, pues, Alejandro y su ascensión o vuelo.

Pero antes de continuar, vamos a dar una corta reseña de lo que es este episodio y su ambivalencia interpretativa, la cual ha pasado por todo el espectro aclarativo desde negativo hasta positivo: desde ejemplo de pecado de soberbia hasta la imitación de Cristo. Nos lo cuenta el propio Alejandro en un texto griego del siglo IV, traducido al latín y que dio lugar a varias versiones en la Edad Media:

        “Me quedé pensando, si realmente existía el borde del mundo, donde el cielo descansa sobre la tierra: entonces decidí investigar para descubrir la verdad. […] Hice capturar a una pareja [de grifos] y mandé que no se les diera comida durante dos días: al tercer día di orden de preparar un yugo de madera y atarlo al cuello de aquellas aves; luego hice preparar una especie de cesta grande de cuero de buey y me subí a ella, sosteniendo una lanza en mi mano, en cuya punta había apuñalado hígado de caballo. Los pájaros inmediatamente volaron, esforzándose por comer el hígado, y yo subí con ellos, en el aire, tan alto que parecía estar cerca del cielo: estaba temblando por todas partes porque el aire se había enfriado por el movimiento de las alas de ave...” Novela de Alejandro, II-41

Iglesia de San Andrés. Revilla de Collazos, Palencia. Siglo XII

         Pero en este momento, si descartamos a Alejandro, surge una nueva duda: ¿será el mito del Señor de los Animales?

Pues probablemente sí, es un mito que resalta a la razón humana sometiendo la irracionalidad animal, lo cual, traducido al ámbito cristiano nos lleva a lo de siempre: el poder espiritual es superior al poder físico y tal y cual. De momento lo dejamos ahí, pero no muy convencidos. A fuer de sincero, me gusta esta interpretación porque se ajusta al capitel: en ella tenemos a un hombre dominando a dos unicornios, animales en principio salvajes, pero encuentro una disonancia: lo dulcemente que los domina, lo mismo que están dominados los leones. A fin de cuentas, el Señor de los Animales, o Maestro de los Animales utiliza cuerdas o cadenas para la dominación:

“Se define como tal la escena que presenta a un hombre flanqueado por dos animales a los que sujeta o mantiene atados”.

(Francesca Español Bertrán, El sometimiento de los animales al hombre como paradigma moralizante de distinto signo: la «Ascensión de Alejandro» y el «Señor de los animales» en el románico español. Actas del V.º CONGRESO ESPAÑOL DE HISTORIA DEL ARTE Barcelona; 29 de octubre al 3 de noviembre de 1984).

El Señor de los Animales. Igl. de Santa María. Villanueva de Teverga, Asturias.
A menudo se confunde con Daniel en el foso de los leones

Para mayor abundamiento, David de la Garma Ramírez nos define en su obra Iconografía y Simbolismo Románico, Arteguías 2020, pág 272:

“Hay un tipo de representación bastante frecuente en el románico que puede confundirse con el pasaje de Daniel en el foso de los leones. Se trata del Señor de los Animales. Un hombre domina a dos leones con cuerdas atadas a sus cuellos o sujetándolos directamente con las manos.” 
El Señor de los Animales. Ig. de la ASunción de Ntra. Sra.
Jaramillo de la Fuente, Burgos. S. XI-XII

El Señor de los Animales. Igl. de la ASunción de Ntra. Sra.
Jaramillo de la Fuente, Burgos. S. XI-XII

 

Señor de los Animales. Catedral de Tudela, Navarra.
Interpretado en guías y manuales como Daniel en el foso de los leones

Seguimos dándole vueltas; esto tiene que ser otra cosa, aquí no hay ataduras ni violencia. Tiene que haber algo en el Antiguo Testamento que tenga relación...

Días después, indagando sobre el unicornio y su presencia en la Biblia, me encuentro con el maravilloso salmo 22, versículo 21:

 

"Sálvame de la boca del león, y óyeme librándome de los cuernos de los unicornios."

 

Y creo que ya lo tengo: un hombre dominando a dos unicornios a los que ha puesto collar y otro entre dos leones y su cachorro, como si fuera uno más de la familia felina. No tengo ganas de seguir buscando más interpretaciones, la objetividad no existe y a mí me gusta creer que este capitel es una representación pura del salmo 22 versículo 21. No obstante, tengo que advertir: he buscado el mismo versículo en otras biblias más modernas (Bover Cantera, Nácar Colunga) y traducen por "búfalos".

Consultadas la Reina Valera Antigua, la Reina Valera Revisada 1977, la Reina Valera Revisada 1995, la Spanish Blue Red and Gold Letter Edition, la Cipriano Valera (traducción literal del griego y del hebreo), la King James, la Wycliffe Bible, la 1599 Geneva Bible... entre otras, me dan la traducción "unicornio".

Pero la definitiva es la Vulgata Latina, del siglo IV, traducción de la Biblia Hebrea y Griega al latín, que dice:

 

"22. Salva me ex ore leonis et a cornibus unicornium humilitatem meam."

 

y aunque solo sea por intuición, seguro que este era el texto que se manejaba en los siglos XII y XIII. 













Otra acotación: en todas las guías se dice que en el cimacio del capitel hay "bolas con caperuza". Personalmente, y siguiendo enseñanzas de D. Javier, el que fuera párroco de Santa María de Siones, Burgos, pienso que son bolas del fruto del acanto, que representa las buenas obras, la conciencia, el dolor de los pecados, el arrepentimiento. Estos hombres serán librados de leones y unicornios por las buenas obras que les coronan y el arrepentimiento sincero de sus pecados.

En fin, perdón por los errores que haya cometido, pero no sabría interpretarlo de otra manera; si hay tantas interpretaciones como intérpretes, esta es la más sencilla y ajustada que se me ocurre y, como siempre digo, pienso y creo que se non è vero, è ben trovato.

Saludos y hasta la próxima.

 

 

Antonio García Francisco

Colmenar Viejo, noviembre de 2022

3 comentarios:

  1. Muy bien explicado y docunentado, como siempre. Gracias Antonio

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  2. Bravo,! Maravillosa la investigación, el estudio y la dedicación de encontrar el significado

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  3. Antonio García Francisco13 de noviembre de 2022, 19:42

    Muchas gracias

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