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martes, 12 de octubre de 2021

En las manos de Dios. Mensajes subliminales en la escultura románica.



 

"El que me ofrece su gratitud, me honra. Yo salvo al que permanece en mi camino".  (Salmos 50,23, Biblia DHH)

 



Nuestro ya conocido amigo Pedro Lozano Huerta publicó, hace de esto un año, en un grupo de románico del que ambos somos miembros, una fotografía muy, pero que muy interesante, en la que he creído encontrar un detalle que estimo a su vez, muy, pero que muy interesante, valga la redundancia deliberadamente buscada, y que traigo aquí para demostrar que cuando nos enfrentamos a una escultura románica hay que mirarla con los ojos de la cara, con los ojos de la mente y con los cinco sentidos, más el menos común de los sentidos, el sentido común.

La primera de mis tres reglas: 

"al canecillo y al capitel, hasta del revés le has de ver".

 Es una fotografía que a todas luces representa a Daniel en el foso de los leones. No cabe ninguna duda, pero... ¿hay algo más en ella?

Iglesia de San Adrián-Villavieja de Muño-Burgos Fotografía: Pedro Lozano Huerta.

Claro que sí y vamos a ello sin más preámbulo. 

Es una constante en el Antiguo Testamento transmitirnos mediante personajes y situaciones el abandono de la propia voluntad para servir a Dios, dando fe de Él, aunque esto cueste la vida propia o de los seres queridos (Sacrificio de Isaac, los tres jóvenes en el horno, Job…)

Como si fuera una imagen reflejada en un espejo, en la escultura románica hay una iconografía que parece insistir en transmitirnos mediante símbolos y unos cuantos personajes esta misma idea, y uno de ellos es nuestro tantas veces representado Daniel en el foso de los leones.

"Y llegándose cerca del foso llamó a voces a Daniel con voz triste: y hablando el rey dijo a Daniel: Daniel, siervo del Dios viviente, el Dios tuyo, a quien tú continuamente sirves ¿te ha podido librar de los leones?

 Entonces habló Daniel con el rey: el Dios mío envió su ángel, el cual cerró la boca de los leones, para que no me hiciesen mal". (Daniel 6, 20-22)

Quiero con esto decir que cuando veo, quizá porque son de las que más se ven, la escena del sacrificio de Isaac y la de Daniel en el foso de los leones, siempre pienso en lo mismo: estoy ante un tipo de personas que se fían tanto de Dios que llegan hasta el extremo de abandonar la Razón y dejarse guiar por la Fe. Cuestión esta muy importante y debatida entre filósofos de la poca.

Dicho esto, al contemplar esta fotografía de Daniel in laqum que nos presenta Pedro, me salta a la vista otro mensaje más.

Recapitulemos. ¿Qué tenemos?

PRIMERO: Daniel en el foso de los leones por no renegar de su Dios. Podríamos quedarnos ahí, como hacen muchas guías de románico escritas por autores consagrados que se limitan a estas siete palabras: "Daniel en el foso de los leones". En realidad, es el mensaje plástico que se nos envía.

SEGUNDO: Daniel en peligro de muerte porque ha preferido seguir los dictados de su Fe antes que los de su Razón, motivo por el cual Dios le salva de una muerte física segura. Esto es el mensaje que nos envía el Autor Sagrado.

Y TERCERO: el visible mensaje oculto, valga el oxímoron, que nos envía el maestro medieval con el cual pienso que ratifica todo lo dicho anteriormente, que creo que me da la razón, y es que, efectivamente, Daniel se ha sometido a la voluntad divina y Dios está En y CON él.     

¿Dónde está el mensaje visible pero oculto? Sin entrar en especulaciones teológicas propias de comentaristas bíblicos, pongámonos en la mentalidad del cantero medieval y vayamos al Antiguo Testamento, libro de Isaías, capítulo  46, versículo 6: 

"Así dice Jehová, Rey de Israel, y su Redentor, Jehová de los ejércitos: Yo el primero, y yo el postrero, y fuera de mí no hay Dios."

Ahora vayamos con la misma mentalidad, o si queremos ya con la nuestra del siglo XXI, al libro del Apocalipsis, cap. 22, v. 13:

"Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y el último, el principio y el fin". 

Bien.

Ya lo tenemos.

Ahora volved a mirar la fotografía de Pedro y mirad la ñapa que he hecho yo, porque una imagen vale por mil palabras. 

Iglesia de San Adrián. Villavieja de Muñó, Burgos.

¿Veis que el "Alfa y Omega" está EN y CON Daniel porque Daniel se ha abandonado a la voluntad de Dios?

¿Veis ya el mensaje que lleva ahí casi mil años diciéndonos que confiemos en Dios?

Yo sí, y no me tengo por visionario. Y no solo en esta fotografía, para muestra valdría un botón, pero hay otros ejemplos más, algunas, lo reconozco, de manera un poco forzada, pero que parecen seguir el patrón:

Iglesia de San Adrián. Villavieja de Muñó, Burgos.


San Pedro de la Nave. El Campillo, Zamora. Siglo IX

Iglesia de San Cipriano. Zamora, Siglo XII

Iglesia de San Vicente. Mundilla, Burgos, Siglo XII
Fotografía Pedro Lozano Huerta

Iglesia de Ntra. Sra. de la Asunción. Navas de Bureba, Burgos.
 S. XII. Fotografía de Pedro Lozano Huerta. 

Gracias, Pedro, por ayudarnos una vez más con tus fantásticas fotografías y por brindarme de nuevo la ocasión de comprobar y demostrar la segunda de mis tres reglas, que es que

"nadie daba puntada sin hilo"

y que los símbolos están por todas partes.

Por supuesto, fiel a mi tercera regla, reconozco y admito que

        "hay tantas interpretaciones como intérpretes, pero la respuesta más sencilla suele ser la correcta",

de manera que admito todas las opiniones razonadas que no estén de acuerdo con la mía.

  

Antonio García Francisco

Colmenar Viejo, octubre de 2021,

Pergeñado durante el confinamiento de 2020










2 comentarios:

  1. Es genial, nunca me había fijado y me he quedado asombrada. El omega si le veo claramente, después de tu aclaración y fijándome en la postura de los pies, el alfa, me cuesta mas reconocerle, es cuestión de mirar mas de dos veces. Muchas gracias

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  2. Hola, María Luisa, muchas gracias por tu comentario y por haber dedicado tu tiempo a leer la entrada. La verdad es que yo mismo reconozco que pudiera estar forzada la letra alfa en algunos casos, fue la letra omega la que me dio la pista en la fotografía de Villavieja de Muñó, esas piernas tan retorcidas no eran cosa normal, creo que ahí se ven claramente tanto una como otra letra. Hay más casos en escultura románica con tema diferente en los que también aparecen el Alfa y Omega semiocultas. Como dato curioso, en San Pedro de la Nave, Zamora, el capitel de enfrente del de Daniel en el foso, es el del Sacrificio de Isaac, de manera que al acercarse al altar habría que pasar entre los dos, lo cual convierte ese pasillo en un escenario que conduce a la consecución de la protección divina en el altar, a través de la oración (Daniel), el sacrificio (Isaac y Abraham) y, sobre todo, gracias a la firmeza de la Fe.

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