Es imprescindible e inevitable aclarar que este trabajo no va destinado a eruditos ni a historiadores; simplemente es una publicación que pretende divulgar conocimientos que se van adquiriendo poco a poco, desde la sencilla actitud de practicar el quietismo, la inercia en la contemplación que predicaba Juan de Mairena, el personaje de D. Antonio Machado, que se definía como poeta, filósofo e inventor de una máquina de cantar.
A veces, el
simple aficionado a contemplar el arte románico, como es el caso de un
servidor, se enfrenta a hallazgos que suponen retos a sus limitados
conocimientos.
Tal es el caso de lo que aparentemente es la contradicción de encontrar inscripciones árabes en templos cristianos, y digo aparente porque, desde un nivel básico de conocimientos, sabemos que hubo una época en la que las denominadas tres culturas -cristiana, árabe y judía- convivieron de manera más o menos pacífica en el territorio cristiano, aunque aún así, es chocante el caso descrito de encontrar frases islámicas en edificios cristianos.
Quien esto escribe ya había visto telas, ropajes, vestimentas de reyes y nobles medievales adornadas con caracteres árabes, pensando que tal vez fuera porque esos caracteres pueden suponer adornos, dibujos.
Hoy, en la
iglesia parroquial de la Vera Cruz, en Cuevas de Provanco, provincia de
Segovia, Julián de Francisco, el amable vecino con quien tengo el honor de
compartir apellido y que ha tenido a bien hacerme el favor de abrirme la puerta
del templo, me ha señalado unas cartelas en la viga inferior del coro
preguntándome si eran dibujos, que nadie se lo sabía decir, a lo que no he
dudado en responder que eso no eran adornos, eran inscripciones árabes muy
similares a otras ya contempladas en diferentes lugares.
Viga del coro de la iglesia de la Vera Cruz de Cuevas de Provanco, Segovia, donde se encuentran las cartelas escritas en árabe. |
Vamos con la
explicación.
Inmediatamente me ha venido a la cabeza la inscripción que adorna la puerta orientada al Norte en la iglesia de Santa María del Rey, en Atienza, Guadalajara. Para ponernos en situación, diré simplemente que es una puerta pequeña, rehecha, con dos arquivoltas de posiblemente tres que tuvo algún día. En la interior hay dos inscripciones: la primera, sorprendentemente en árabe; la segunda, en latín. Buscando información encontré, y cualquiera puede encontrarlo, que posiblemente sea la puerta de una antigua mezquita que en el año 1112 fue convertida en iglesia, basándose en que la inscripción en latín cita la era MCL, es decir, el año del Señor de 1112 ya citado.
Portada Norte de la iglesia de Santa María del Rey, Atienza (Guadalajara) |
La cuestión es que esa inscripción, al-baqa’ lillah, que se repite varias veces, dice, según D. Francisco Layna Serrano, cronista provincial y su descubridor, “LA PERMANENCIA ES DE DIOS”, o también “LA ETERNIDAD ES DE DIOS”, siguiendo a D. Ahmed Mahmoud Dokmak, profesor titular de la Universidad de El Cairo, quien nos advierte de que está escrita en cúfico de derecha a izquierda y viceversa, y que en realidad es una imitación incorrecta de la frase árabe «Albaqā lillah», «la eternidad es de Dios».
Detalle Santa María del Rey, Atienza (Guadalajara) |
Detalle Santa María del Rey, Atienza (Guadalajara) |
D. Francisco Layna Serrano va un poco más allá de la traducción y conjetura que, tras la reconquista, debieron quedar en Atienza bastantes familias musulmanas o mudéjares, destinándose a estas esa inscripción en su idioma vernáculo. (Layna Serrano, Francisco, Historia de la Villa de Atienza, aache Ediciones. Guadalajara 2004).
Siguiendo al periodista, gran investigador y autor de varios libros e infinidad de artículos sobre temas medievales, D. Ángel Almazán de Gracia, esta frase, con ligeras variaciones, se repite 422 veces en cúfico florido en la puerta del Patio de los Naranjos de la catedral de Sevilla. Continuando con este, nos enteramos de que:
“Así mismo en Toledo, en cuya taifa estaba encuadrada Atienza, se han encontrado restos islámicos y mudéjares en lo que fue un palacio califal de los siglos X-XI, en parte ocupado posteriormente por la Orden del Temple, donde puede leerse al-baqa’ lillah en sendos arcos de yeserías de las casas de la calle Soledad nº 2 y San Miguel nº 3, según C. Clemente San Román y A. García López. Así, en la primera, se repite varias veces «La soberanía es de Dios. El agradecimiento es para Dios. La permanencia es de Dios». Y en el arco mudéjar de la calle San Miguel se repite: «La gracia es Dios. El imperio es de Dios. La permanencia es de Dios».”
Inscripcion cúfica en la Puerta del Perdon de Sevilla. Fotografía de ANGEL ALMAZÁN DE GRACIA |
Pues bien, buscando información de las cartelas de Cuevas de Provanco, la he encontrado en la Enciclopedia del Románico de la Fundación Santa María La Real, y sin pudor alguno, la copio y plasmo en esta modesta entrada tras cumplir el mínimo requisito de citar la fuente:
“El espléndido coro muestra policromía y cartelas en árabe de las que sabemos gracias a Gustavo Turienzo su significado: LA-ALLAH ILA-ALLAH (“No hay Dios sino Dios”, o menos literalmente, “No hay más que un Dios”), probablemente formando parte de un complejo de catequización mudéjar fechable hacia la segunda mitad del siglo XIV o primer tercio del XV.”
O sea, que la
primera idea de la convivencia mas o menos pacífica entre culturas parece ser
que es corroborada por estas inscripciones realizadas por artífices mozárabes a
manera de catequesis.
Iglesia de la Vera Cruz. Cuevas de Provanco, Segovia |
Iglesia de la Vera Cruz. Cuevas de Provanco, Segovia |
Iglesia de la Vera Cruz. Cuevas de Provanco, Segovia |
Aquí
podríamos dejar el tema; la curiosidad estaría satisfecha, pero hay un cabo
suelto pendiente de resolver, y es que al principio dije haber visto
decoraciones en diversos objetos cristianos realizadas en base a la epigrafía
árabe. ¿No sería mejor dar algunos detalles? ¡Claro que sí, y a ello vamos!
Además, ustedes, amables lectores, ya saben que siempre me gusta insinuar
alguna especie de conclusión personal.
Inscripciones
en lengua árabe se pueden encontrar en ricos tapices, como por ejemplo el “Paño Azul” del monasterio de San Zoilo, en Carrión de los Condes, Palencia, donde,
esta vez siguiendo al erudito investigador del Románico D. Antonio García
Omedes, gran referente para aficionados y para profesores y autores de nuestros
días,
“En el siglo XI el conde carrionés Gómez Díaz trasladó los restos de san Zoilo al monasterio benedictino de Carrión de los Condes, (…)
Estas telas llegaron de Córdoba (en el siglo XI) con las reliquias de san Zoilo, junto a las de san Félix y san Agapito como presente de los reyes árabes a los condes de Carrión. Probablemente se utilizaron los mejores tejidos que adornaban alguno de sus palacios para proteger aquellas reliquias sagradas para los cristianos.”
Paño azul. Monasterio de San Zoilo, Carrión de los Condes, Palencia. |
Paño azul. Monasterio de San Zoilo, Carrión de los Condes, Palencia. Fotografía: A. García Omedes |
Y el caso es que ahí están expuestas estas telas con su inscripción, de carácter cúfico simple en color amarillo sobre un fondo rojo, escrita de derecha a izquierda y de izquierda a derecha, de muy difícil traducción, en la parte superior, en letras amarillas sobre fondo rojo.
Otro ejemplo
nos lo ofrece la denominada “Majestad Batlló”, una
magnífica imagen de Cristo Rey de Reyes Crucificado (impasible al dolor, sin
rastro de sangre, heridas y sin corona de espinas, a diferencia del Cristo
Hombre lleno de heridas, sangre y rostro de sufrimiento), llamada así porque fue
donación de D. Enric Batlló al Museo de Arte de Cataluña. En la orla de la
túnica se pueden contemplar diversas letras árabes que no forman palabras.
Majestad Batlló. Cristo Rey de Reyes |
Majestad Batlló. Detalle signos cúficos. |
Aquí, y para no cansar más al lector, podría exponer una breve relación de objetos cristianos con inscripciones árabes, pero antes, y debido a que esta publicación va destinada exclusivamente para el blog de Radio Cangas Reconquista, que tantos cangueses siguen, no puedo reprimir la tentación de hablar de uno que les atañe muy directamente a los asturianos: el Arca Santa que se encuentra en la Cámara Santa de la Catedral Metropolitana de Oviedo.
Arca Santa. Catedral de Oviedo. |
Huelga narrar aquí la historia del arca, pero no se puede dejar de decir que, tras varias peripecias huyendo de los persas llegó a nuestro país de la mano de San Fulgencio, quien se la entregó a San Isidoro de Sevilla. Nuevas aventuras tipo Indiana Jones hasta que recaló en Oviedo en el siglo IX por manos del rey Alfonso II el Casto. Lo que a nuestro cuento interesa sucedió en el siglo XII, cuando doña Urraca, reina de León apodada en su época La Temeraria, mandó recubrirla de plata, porque aquí es cuando entra en juego el orfebre que buriló en las bandas próximas a las aristas unas frases árabes que, como siempre, se repiten varias veces. Tienen errores porque posiblemente el artesano no hablaba árabe, pero se pueden leer claramente algunas frases: “la prosperidad, la bendición, Dios”; “la bendición de Dios, la felicidad, el poder”; “la bendición, la gloria, el poder”.
Arca Santa, Cámara Santa de la Catedral Metropolitana de Oviedo |
Arqueta del Obispo San Arian. Parte delantera. Cámara Santa de la Catedral de Oviedo. |
Arqueta del Obispo San Arian. Parte trasera. Cámara Santa de la Catedral de Oviedo. |
...y la de Santa
Eulalia, donde el orfebre buriló la frase: “Bendición a la comunidad, gracia
completa, bienestar cumplido, paz duradera, felicidad, gloria, Reino eterno,
gracia completa, bienestar cumplido, excelsitud sublime, salud perpetua con
honra.”
Arqueta de Santa Eulalia. Cámara Santa de la Catedral Metropolitana de Oviedo. |
En fin, la
prometida lista de algunas obras medievales cristianas rotuladas con letras
árabes podría completarse, sin que esta lista sea cerrada, con las arquetas y
urnas conservadas en monasterios; libros de la época guardados en museos de
catedrales o estanterías de la Biblioteca Nacional de España y de otros países
europeos; también como las arquetas de Silos, las de Leyre, otras más de la
catedral de Oviedo, o de la catedral de Palencia, de la Colegiata de San
Isidoro de León… o las yeserías del monasterio de Las Huelgas de Burgos y las
pinturas románicas del ábside de San Vicente de Taüll, conservado en el MAC, donde
un arco del ábside está decorado con un elemento de epigrafía árabe ornamental,
realizado en cúfico florido, y que se repite varias veces formando una graciosa
orla decorativa.
San Vicente de Taüll, Museo de Arte de Cataluña. |
Detalle. |
Para concluir, tenemos que considerar que la lengua árabe tiene hoy en día presencia en nuestro idioma, palabras suyas se enseñorean en el diccionario de la RAE, lo cual conduce a pensar que en el siglo XII tendría mucha más influencia, y todo apunta a que, aparte de las piedras reutilizadas de otros edificios, como el caso de Santa María del Rey en Atienza, la grafía cúfica fue utilizada como ornamento por esa belleza, casi simétrica, que encierra en sus rasgos estilizados, evolucionados de la caligrafía ordinaria que carece de tantos trazos curvos que le dan armonía.
Yesería del monasterio de Las Huelgas, Burgos. |
Yesería del monasterio de Las Huelgas, Burgos. |
Y que contengan errores no importa, porque solo son adornos y en el fondo lo que subyace es el mensaje de la grandeza de Dios, quien, salvando lo salvable, era el mismo para musulmanes que para cristianos. Este hecho indica que no debían de existir excesivas reticencias a la hora de equiparar la fe en un mismo Dios, único en ambas confesiones monoteístas, pero la gran diferencia radica en que no aparece por ninguna parte la más mínima mención al profeta Muḥammad, lo cual sería impensable en un escrito inequívocamente musulmán. Es decir, que las grafías árabes en objetos cristianos, tienen su propia idiosincrasia.
En
definitivas cuentas, parece ser que, en muchos casos, nos hallamos con grafías
seleccionadas y copiadas del árabe por artesanos que desconocían los entresijos
de esa lengua, pero que conocían el valor de la traducción como bendición o
catequesis, porque solo difieren de las musulmanas de al-Ándalus en que son
copias incorrectas. Tal vez fueron realizadas por artesanos cristianos, probablemente
mozárabes, que apenas conocían ya la lengua y la grafía cúfica árabe. Sea como
sea, ahí las tenemos para disfrute de nuestra vista casi mil años después. No
dejemos pasar la oportunidad de contemplarlas cada vez que tengamos ocasión de
hacerlo.
Bibligrafía:
como comentamos muchas veces nuestro ya conocido amigo Pedro Lozano Huerta y
un servidor, los aficionados podemos verlo todo, pero siempre necesitaremos acudir
a los especialistas para comprender lo que no alcanzaríamos nunca sin su ayuda.
Recomiendo
especialmente la lectura de:
Mahmoud Dokmak, Shawky Sayed, Zeinab. Aportaciones de la epigrafía árabe en el arte románico español. Una faceta de la cultura árabe – islámica medieval.
Martínez Núñez, María Antonia. El Arca Santa, la Arqueta del Obispo Arias y la Arqueta de Santa Eulalia.
Pavón Maldonado, Basilio. ARQUITECTURA Y DECORACIÓN EN EL ISLAM OCCIDENTAL. ESPAÑA Y PALERMO (ITALIA). Capítulo V DECORACIÓN ANIMADA.
Antonio García Francisco.
Colmenar Viejo, verano de 2021
Gracias Antonio y Manolo por esta entrada tan interesante. Me ha hecho penar que el arte refleja, como siempre y de forma maravillosa, la realidad de una época en la que la religión era el centro de la vida y en la que convivían aquí personas de distintas religiones. Seguramente que costumbres, palabra, vestidos, alimentos y muchas más cosas de la vida de unos y otros se entremezclarías del mismo modo que en el arte cristiano se entremezclan inscripciones islámicas. Y seguro que habrá también alguna contaminación parecida de elementos cristianos en el arte islámico.
ResponderEliminar¡Que buenos ratos paso escuchándoos y cuánto aprendo! Muchísimas gracias
Evidentemente no somos merecedores de tales palabras. Seguimos haciendo nuestras charlas como si estuviéramos sentados delante de una cerveza(sin alcohol, claro) y me siento un privilegiado el poder aprender de primera mano de la enorme sabiduría del señor Antonio.
ResponderEliminarMuchas gracias Geli, como siempre un placer
Gracias a ti por tu paciencia en leer y escuchar, Geli.
ResponderEliminarEfectivamente, es un hecho que convivieron judíos, musulmanes y cristianos, aunque no tan pacíficamente como creemos, y que todos dejaron algo en las costumbres de los demás. En el caso de musulmanes y cristianos, se quedaron grandes bolsas de unos y otros en los terrenos conquistados por el contrario y así tenemos por Castilla las iglesias probablemente edificadas por albañiles mudéjares (los musulmanes que permanecieron viviendo en territorio conquistado por los cristianos) y los ritos religiosos de los mozárabes (cristianos que vivían en el territorio de Al-Ándalus) y que todavía se celebran en sitios como la catedral de Toledo. Esto sin hablar de la influencia en otras artes, como la cocina, los telares, la seda, los regadíos... Incluso durante el Siglo de Oro existía entre la nobleza y gente socialmente importante, la costumbre de que la dueña de la casa recibiera a las visitas "a la morisca", sentada en cojines en un escabel.
Yo, sin ser experto como ya he dicho tantas veces, no puedo dejar de recordar las pinturas del techo de la sala de Los Reyes en la Alhambra de Granada, donde, a sabiendas de que el Islám no permite las representaciones humanas, están pintados los diez reyes nazarís y unas escenas de cacerías. ¿Será una influencia de la sociedad cristiana?