Olé, olé, Holanda, olé…
Holanda ya se ve,
ya se ve, ya se ve, ya se ve.
Creo
que todos hemos escuchado alguna vez este bonito villancico de los Reyes Magos
que van
Cargaditos
de juguetes,
cargaditos
de juguetes
para
al Niño entretener.
Pero…
¿nos hemos parado a pensar alguna vez qué hacían los Reyes Magos por Holanda?
Oigan,
que no es una bagatela la distancia que hay que recorrer desde Persia, supuesto
lugar de partida de la real caravana, hasta Holanda, para allí dar la vuelta y
coger el caminito de Belén.
¿Es que la estrella que les guiaba estaba caprichosa y quería ver los tulipanes?
¿Qué
puede ser esto? ¿Una licencia literaria? Pues vaya gracia, desde Persia a
Holanda hay 5.126 kilómetros que se traducen en 929 horas andando. Si añadimos
el viaje de Holanda a Belén nos hemos puesto en más de 9.000 kilómetros y más
de 1.700 horas de camino, setenta días andando sin contar el descanso. Mucho
camino para una rima facilona.
Analicemos,
que hoy es fiesta y tenemos tiempo.
Pimera hipótesis.
Sabemos
que los villancicos son eso, “canciones de villanos”, nacidas en tiempos remotos
del pueblo sencillo, con letra sencilla, como sus autores y sus destinatarios,
alegre, festiva, cordial. Es un misterio que los Magos pasaran por Holanda, pero ¿podría
ser una rima facilona? Pues sí, parece que decir olé, olé puede “pegar” muy
bien con “Holanda”. ¿Qué nos importa dónde está Belén y dónde quedan los Países
Bajos? Primera propuesta aceptable.
Segunda hipótesis.
Los villancicos no son
patrimonio privativo de España, existen también en Inglaterra, por ejemplo.
¿Y
si fuera una cancioncilla de origen anglosajón y en realidad quisiera decir Holy
Land, traducido a español como Tierra Santa? Todos sabemos que Jerusalén
es Tierra Santa, y que el castellano tarda poco en naturalizar expresiones, de
manera que de “Holilán” se tardaría poco en pasar a Holanda, que además nos
viene al pelo para rimar. Poco probable, en la tradición religiosa anglicana
los Reyes Magos ni siquiera existen, pero es cierto que antes de que existiera en
el cristianismo la rama anglicana ya existía la rama católica. Que se fastidien,
hipótesis probable admitida, somos el pueblo soberano y cantamos lo que nos
parece bien y si a los anglicanos no les gusta el roscón de reyes es su
problema.
Tercera hipótesis.
En Holanda es común el apellido Vaaltasar. ¿Y si Baltasar fuera en
realidad un Vaaltasar, un descendiente de holandeses que emigraron a Oriente
que llegaron a ser nobles o reyes?
No,
definitivamente no, esta teoría “no cuela”, es prácticamente imposible que el acervo
cultural de una población española, con todas las ideas y manifestaciones culturales y
artísticas formadas por las tradiciones, costumbres y hábitos que se han
transmitido de generación en generación, pueda alcanzar a registrar este
extremo. Descartada, por ahí no pasamos, pero ahí queda. Lo bonito es hacer tormenta de ideas, “braim
storm”, ya que hablamos de ingleses, es un buen método de alcanzar
conclusiones.
Cuarta
hipótesis, y vamos acercándonos un poco más a la posible solución. Hemos dicho
que los villancicos son de origen del pueblo, de las villas y sus villanos,
forman parte de la cultura popular española, y no nos tiene que caber duda acerca
de que eran cantados por los soldados que marchaban a la guerra a otras
tierras. ¿Y si el villancico original de “Ya vienen los Reyes Magos” se hubiera
deformado en los Tercios de Flandes? No sería nada raro que los soldados
españoles introdujeran Holanda como algo ansiado en su marcha y cantaran
alegres que su objetivo ya estaba a la vista.
El Camino
de los Tercios Españoles o Corredor Sardo, también llamado Camino
Español o Camino de los Españoles, era la ruta terrestre creada en el
reinado de Felipe II para conseguir llevar dinero y tropas españolas a la
guerra en los Países Bajos. Hubo dos Caminos Españoles; el último partía de Barcelona
a Milán y pasaba por los valles suizos de Engadina y Valtelina hasta el
Tirol. De ahí bordeaba el sur de Alemania, cruzaba el río Rin en
Alsacia y llegaba a los Países Bajos por Lorena. Una marcha de casi mil
quinientos kilómetros que fue un alarde asombroso de la logística militar de la
época y que además fue un éxito.
¿Entendemos
que nuestros buenos soldados cantaran HOLANDA YA SE VE? Ya de paso, también podemos
hacernos una idea de lo que significaba en términos económicos la frase “poner
una pica en Flandes”.
Quinta
y última hipótesis: ¿y si lo que veían los Reyes Magos no era Holanda,
sino que era Olanda, así, a lo bestia, sin la letra “H”?
Pues pudiera ser, porque hay fuentes que afirman que la estrella que siguieron los Reyes Magos hasta el portal de Belén se llamaba Estrella Olanda. Me refiero concretamente al Auto de los Reyes Magos, obra medieval anónima conservada en la Biblioteca Nacional, original del siglo XIII, redescubierta en el siglo XVIII por el canónigo de la catedral de Toledo D. Felipe Fernández Vallejo, y está considerado como el texto teatral más antiguo conservado en lengua castellana.
La
obra nos define Melchor, Gaspar y Baltasar como tres
astrólogos que debaten sobre el hallazgo de una nueva estrella, "la estrella Olanda"
y su posible significado, algo que relacionan con el nacimiento de un posible
Mesías.
El
resto ya lo conocemos. Las imágenes valen por miles de palabras.
¿Con
qué hipótesis se quedan ustedes? Yo, sin lugar a dudas, con la última.
Feliz
Pascua de Reyes.
Antonio
García Francisco, día de Reyes de 2021.
¡Qué bueno!
ResponderEliminarEn mi casa Olanda siempre fue el nombre de la estrella de los reyes. No tenía ni idea de que en el Auto de los Reyes Magos se la llama así, ni siquiera me había preguntado de dónde venía ese nombre.
¡He aprendido muchísimo con esta entrada, muchísimas gracias!
Muchas gracias
ResponderEliminarGracias, Geli. Es uno de los villancicos que más me gustan.
ResponderEliminarNo encuentro en el Auto de los Reyes Magos la mención de la estrella Olanda: https://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/auto-de-los-reyes-magos--0/html/fef96226-82b1-11df-acc7-002185ce6064_2.html
ResponderEliminarGracias por comentar, Francisco Javier. Para ser sinceros, lo traté de comprobar cuando lo escribí y en la versión del Auto de Reyes Magos que yo manejo tampoco figura el nombre de la estrella; su conocimiento me viene de una entrevista a D. Javier Docampo Capilla, quien refiriéndose a esta obra indicaba que comienza con la conversación de tres astrólogos comentando entre sí el nacimiento de una nueva estrella, la llamó Olanda, lo cual relacionan con el nacimiento del Mesías. No sé qué versión o qué documentos manejaba, probablemente los más completos del mundo, pero recuerdo sí que hablaba concretamente el Auto de los Reyes Magos del siglo XII y por eso lo cité.
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