El término Epifanía procede del griego y significa “manifestación”; en el cristianismo se refiere a la manifestación del advenimiento (adventus, adviento), la llegada de Cristo como el emperador que viene a tomar posesión de su reino.
Pero
hablando en los términos del arte románico, la Epifanía que nos interesa es la
primera, ampliamente representada en los siglos XI a XIII y a partir de ahí en
todos los demás.
En
puridad de conceptos, las primeras Adoraciones de los Magos que encontramos en
la Historia del Arte están en la pintura de las catacumbas de Roma. Así, en la
de Priscila, siglo II, la tenemos con tres magos, pero su número era
indeterminado, pues en la catacumba de San Pedro y Marcelino, siglo III,
aparecen dos y en la de Domitila,
también siglo III, aparecen cuatro.
Para centrarnos en nuestra historia, vamos a resumir.
Según el evangelio de San
Mateo, tras el nacimiento de Jesús, llegan de Oriente unos magos sin precisar cuántos ni si son reyes, que se presentan ante Herodes para
preguntar dónde está el REY de los judíos que ha nacido. Herodes les indica que
se halla en Belén y les pide que a la vuelta le den detalles. Los magos continúan
viaje hacia Belén siguiendo la estrella que les guiaba. Encuentran al Niño con
su Madre y lo adoran ofreciéndole oro, incienso y mirra. En sueños son
advertidos de que vuelvan por otro camino y así lo hacen. Después vienen los pasajes
de la Huida a Egipto y la Matanza de los Inocentes.
No dice el evangelista cuántos magos eran, pero el hecho de que ofrecieran tres regalos indujo a pensar que eran tres magos, aunque circula una bella leyenda que cuenta la historia de Artabán, el cuarto mago.
En el manuscrito "La Revelación de los Magos", del siglo VIII, encontrado en un monasterio turco en el siglo XVIII y conservado desde entonces en la Biblioteca del Vaticano, traducido del siríaco por Brent Landau, profesor de la Universidad de Oklahoma para su tesis doctoral en la Hardvard Divinity School, se dice que eran doce, todos descendientes de Seth, el tercer hijo de Adán y Eva, y que procedían de Shir, la tierra de la seda. También traduce que la palabra "mago" significa "rezar en silencio".
Es el apócrifo Evangelio Armenio de
la Infancia (siglo VI) el que nos informa de su calidad de reyes, de otra versión del porqué de llamarles magos y, además, de sus nombres:
"...Y los magos contestaron: venimos de Persia, del Oriente. Por razón de nuestra nacionalidad, se nos llama magos."
“… llegaron a su destino en el punto y hora en que la Virgen acababa de ser madre. Porque, en aquella época, el reino de los persas dominaba, por su poder y por sus victorias, sobre todos los reyes que existían en los países de Oriente. Y los reyes de los magos eran tres hermanos: el primero, Melkon, que imperaba sobre los persas; el segundo, Baltasar, que prevalecía sobre los indios; y el tercero, Gaspar, que poseía el país de los árabes.”
No podemos dejar pasar la ocasión sin decir que estos nombres aparecen por primera vez sobre los tres magos representados en uno de los magníficos mosaicos de la basílica de San Apolinar, en Rávena, en la Emilia-Romaña al norte de Italia, precisamente del siglo VI, aunque no es el único documento,
Antes de seguir adelante, deberíamos conocer
que algunos exégetas encuentran un precedente de
la realeza de los magos en el Salmo 72, convirtiendo a los Magos en
monarcas:
“Los reyes de Tarsis y las islas le traerán presentes, que los reyes de Seba y Sabas le pagarán tributo: ante él se rendirán todos los reyes, le servirán todas las naciones”,
y que también en pintura hay magníficas muestras en España con los nombres escritos.
El momento que suelen recoger los escultores y pintores románicos suele ser el de la Adoración en sí misma; la Virgen aparece sentada mostrando al Niño en su regazo a los Reyes Magos.
Generalmente, a partir del siglo XII el primero de ellos ya se postra ante el Niño mientras los otros esperan con sus presentes.
En
estos casos estamos ante una proskynesis, es decir, un rey arrodillado
ante otro rey más importante que él, una costumbre persa según la cual, cuando un rey
se encontraba frente a otro más poderoso, se arrodillaba ante él en señal de la majestad del primero.
Dice
así el anónimo Evangelio Armenio :
“Por segunda vez los magos interrogaron a José
en esta guisa: Venerable anciano, infórmanos con exactitud, manifestándonos
dónde se encuentra el niño recién nacido. José, con el dedo, les mostró de
lejos la caverna. Y María dio de mamar a su hijo, y volvió a ponerlo en el
pesebre del establo. Y los magos llegaron gozosos a la entrada de la caverna.
Y, divisando al niño en el pesebre de los animales, se arrodillaron con respeto ante
él, con la faz contra la tierra, reyes, príncipes, grandes
señores, y todo el resto de la multitud que componía su numeroso ejército. Y
cada uno aportaba sus presentes, y los ofrecía.”
Evangelio Armenio de la Infancia, XI,16
También suele formar parte de la escena la
estrella, ya la hemos visto en las fotografías, la cual puede estar sobre el Niño y en ocasiones es señalada por uno
de los magos.
El Niño generalmente es representado
bendiciendo a los visitantes.
Y siempre, nuestro querido San José, en un rinconcito, somnoliento, generalmente apoyado en su cayado en forma de tau, no olvidemos que recibía instrucciones en sueños y tal vez ahí ya estuviera recibiendo la orden de partir hacia Egipto y ya estaba preparado para el viaje.
También
es muy representada la escena en capiteles historiados donde se ve a los reyes
a caballo en una o dos caras; en otra, la adoración propiamente dicha y, por
último, nuestro buen San José en su sueño revelador y nunca mejor dicho.
O el sueño en el que los ángeles dan
instrucciones de volver por otro sitio.
Y, por la mañana, al despuntar la aurora, el día primero de la semana, el 25 de tébéth y de enero el 12, se dispusieron a partir para su país. Y, cuando deliberaban sobre si volverían a entrevistarse con Herodes, he aquí que una voz les habló, diciendo: No tornéis a Herodes, el tirano impío, porque quiere matar a ese tierno infante. Y, habiendo oído esto, los magos renunciaron a pasar por la ciudad de Jerusalén, y regresaron a su tierra por otro camino. Y, glorificando al Cristo, Dios del universo, marcharon a su patria, poseídos de gozo y siguiendo la ruta por donde el Señor los conducía.
Evangelio Armenio de la Infancia, XI-25
y en el caso de la catedral de Roda de Isábena, todo el ciclo: Anunciación, Visitación, Natividad y Epifanía, como ya vimos.
Hablando en puridad de interpretación de conceptos románicos, acerca de la intención simbólica de este acontecimiento hay muchas opiniones. Muchos han visto en cada uno de los tres personajes, las tres edades del hombre: la “juventud” en el personaje rubio e imberbe, la “madurez” en el mago con el pelo y la barba negros y la “vejez” en el individuo de barba y pelo canosos o blancos. Fue Jerónimo Bosch, El Bosco, quien en 1518 pintaba al rey Baltasar por primera vez tal como ahora le conocemos, es decir, negro.
Hoy en día no es difícil encontrar manifestaciones artísticas de Reyes magos con rasgos indígenas sudamericanos, indios norteamericanos, incluso de nativos de Oceanía para de esta manera dar a entender el carácter universal del reino de Jesucristo y del cristianismo.
Al
margen de lo que significa la Epifanía del Señor, podemos formularnos algunas
preguntas:
¿Cómo llegaron los Magos?
¿Cuándo llegaron?
¿Qué fue de ellos?
¿Dónde están enterrados?
La
primera es fácil de responder: llegaron siguiendo una estrella. Antes se
decía que fue un cometa, posiblemente el Halley, que se deja ver cada setenta y
cinco años, pero estudios muy recientes de astrónomos indican que, al parecer,
se debió a la conjunción de los planetas Saturno y Júpiter en la constelación
de Piscis, lo cual se produjo hasta en tres ocasiones a lo largo del año 7
después de Cristo. No debería costarnos entenderlo dado que hemos tenido
ocasión de contemplar este fenómeno a finales de este año 2020. Además, en la
antigua astrología, no astronomía, Júpiter era considerado como la
estrella del Príncipe del mundo; la constelación de Piscis, como el signo del
final de los tiempos; y el planeta Saturno en Oriente, como la estrella de
Palestina. ¿Alguien da más?
En
lo que se refiere a cuándo llegaron, San Agustín, que vivió a caballo
entre el siglo IV y el V, en sus sermones de la Epifanía, afirmó que los Reyes
llegaron el día 13, (el apócrifo dice que se marcharon el 12), después del
nacimiento del Señor. Es decir, el 6 de enero del calendario actual. Un cuento
del siglo XIX nos habla del cuarto Rey Mago, Artabán, el que se perdió cuando
iba a reunirse con sus tres hermanos, dice que se dio de cara con la matanza de
los Santos Inocentes y que pasó su vida haciendo el bien mientras buscaba a
Jesús, a quien tardó treinta y tres años en encontrar, llegando justo cuando iba
a ser crucificado. Un cuento del que se han escrito muchas versiones.
Difícil
de responder. Dice la tradición que fueron bautizados por el apóstol Santo Tomás.
También hay autores que afirman que fallecieron alrededor del año 70, con unos
días de diferencia, tras recibir el aviso de un ángel comunicándoles su próximo
final, y que fueron enterrados de pie, como se enterraba a los reyes persas.
Sin embargo, el pseudohistoriador jesuita Jerónimo Román de la Higuera afirmaba
en el siglo XV que predicaron el cristianismo y fueron martirizados.
Una
vez muertos, la emperatriz Elena de Constantinopla (Santa Elena), descubrió y
trasladó los cuerpos y las reliquias de los magos a Constantinopla, donde
serían objeto de adoración. Tiempo después, un obispo de Milán se las llevó,
previo pago del precio exigido, a su ciudad. Muchos años más tarde, en el siglo
XII, fueron trasladados a la catedral de Colonia por el emperador Federico
Barbarroja.
Esto, por supuesto es discutible y de hecho es discutido y ha dado lugar a novelas sobre la picaresca medieval. Marco Polo aseguró haber visto su tumba en Persia:
“En Persia se encuentra la ciudad de Saba, desde donde partieron los Tres Magos cuando fueron a adorar a Jesucristo; y en esta ciudad están enterrados, en tres monumentos muy grandes y hermosos, uno al lado del otro. Y sobre ellos hay un edificio cuadrado, cuidadosamente cuidado. Los cuerpos aún están completos, manteniendo el pelo y la barba”
En fin, que podríamos seguir hablando, y mucho, de los Magos de Oriente, de sus posibles verdades, de sus seguras leyendas y fantasías; lo único que sabemos a ciencia cierta es que se trata de unos personajes que perviven en nuestras tradiciones por la expectación e ilusión que han ido repartiendo con el paso del tiempo.
Y
también sabemos de manera más cierta aún que, la noche del día 5 de enero,
tenemos que dejar los zapatos en el balcón de casa porque volverán, porque van
a venir una vez más, porque no nos van a fallar, a pesar de la pandemia vendrán
a todos los hogares para dejarnos la ilusión acuñada desde la infancia, y va a ser a través
de la magia de sus regalos. Eso sí, siempre y cuando estemos dormidos, claro
está, las reglas son claras y no vale hacer trampas.
Feliz
Pascua de Reyes.
Antonio
García Francisco, día de Año Nuevo 2021
Gracias por tan documentada e ilustrada información sobre los Reyes Magos. Cumpliré y estaré dormida cuando pasen por mi casa para dejar sus regalos. Feliz 2021
ResponderEliminarGracias por tu comentario, Asun Proaño. Te deseo una feliz fiesta de Reyes y que nunca pierdas la ilusión de la niñez. Feliz 2021
ResponderEliminarAntonio García Francisco.
Un artículo muy interesante, da gusto que personas como usted nos expliquen así las cosas.
ResponderEliminarMuchas gracias
Muchas gracias por vuestros comentarios, como responsable de esta humilde radio escolar os estoy muy agradecido. Evidentemente tener a una persona como Antonio es todo un lujo.
ResponderEliminarMuchas gracias a todos
Feliz año 2021
Os recordamos que a partir de hoy tendréis el audio de la entrada.
ResponderEliminarGracias
Hola,
ResponderEliminarMuchas congratulaciones por su trabajo, magnifico !
Muy relevante.
Buen año con muchos descrubrimentos culturales
Hervé
Muchas gracias por su amable comentario, Hervé; procuraremos seguir trayendo temas que despierten interés o curiosidad.
EliminarFeliz Pascua de Reyes.
Gracias a ustedes por visitar este blog. Sin duda que el tremendo trabajo de nuestro amigo Antonio hace de estos trabajos sean verdaderas joyas, los cuales, como aficionado a la historia, me considero un auténtico privilegiado por su participación.
ResponderEliminarGracias por sus palabras, nos permite seguir con más ganas si cabe.
Muchas gracias, me ha encantado el post. Además es sugerente de cara a preparar futuras excursiones a la búsqueda de capiteles...
ResponderEliminar¡Muchísimas gracias!
ResponderEliminarTrabajo muy documentado y con una síntesis perfecta, barajando muchos conocimientos y dejando importantes vías de investigación abiertas.
¡Enhorabuena!
Gracias a usted, Marta.
ResponderEliminarCuente con mi modesta ayuda para lo que necesite en loclizaciones de arte románico rural español, pongo a su disposición mis conocimientos hasta donde alcancen. Felices Reyes.
Llegados a este punto tengo que añadir que el extraordinario trabajo realizado por nuestro amigo Antonio Garcia Francisco, está llegando a las 1000 visitas.Esto es algo histórico en este blog: la evidencia de un trabajo bien hecho.
ResponderEliminarAsí mismo quiero agradecer a todos y cada uno de los protagonista, que son los oyente y visitantes,por su tiempo y comentarios. Realmente Radio Cangas y sus colaboradores, viven gracias a gente como ustedes y nos hacen seguir realizando los esfuerzos necesarios para que personas únicas como Antonio, pongan sus conocimientos al servicio de todos, algo que en estos días no es muy común.
Desde Cangas de Onis, un humilde servidor les da las gracias
Gracias Antonio, como siempre, muy ameno. Un placer leerte.
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