Desde que el
ermitaño Pelayo descubriera unas
extrañas luces en el bosque de Libredón
lo transmite al obispo de Iria Flavia, que a su vez hace lo propio con
el Rey Alfonso II, el camino de Santiago se convierte a lo largo de los siglos
en uno de los puntos de encuentro de miles de personas que bajo la fe o el
encargo hacen que la cornisa cantábrica sea transitada de manera casi
incesante: en boca del embajador del emir
almorávide Ali Ben Yusugf, que dejó escrito a mediados del siglo XII:”Es tan
grande la multitud de los que van y vuelven de Santiago que apenas dejan libre
la calzada hacia occidente”
Estudios posteriores nos sitúan en unas
cifras que que los estiman entre 250 y 500.000 peregrinos, una cifra fantástica
si tenemos en cuenta que la población de toda la península durante ese siglo
apenas llegaba a los 4 millones de almas.
Sin lugar a dudas el camino sirvió como
claro afianzamiento de la fe cristiana, siendo utilizado por los sucesivos reyes como un arma
propagandistica en su lucha contra el islam. El fenómeno jacobeo alienta las
campañas, las cuales se envuelven en la fe hacia Santiago el Mayor
convirtiéndolo en el guía de los
objetivos políticos y militares de los reyes de la meseta. Santiago y
cierra España. Frase que levanta algún que otro carrasquillo a los
historiadores ante la falta de fechas en que el término España se tomo como oficial, no obstante el el quijote
ya Sancho le pregunta al ilustre caballero:
Yo así lo creo —respondió Sancho— y
querría que vuestra merced me dijese qué es la causa porque dicen los españoles
cuando quieren dar alguna batalla, invocando aquel San Diego Matamoros:
«¡Santiago, y cierra España !». ¿Está por ventura España abierta y de modo que
es menester cerrarla, o qué ceremonia es esta?
Si entramos en el mundo de la literatura,
mucho se ha escrito sobre la ruta jacobea y mucho se tiene que escribir.
Asturias fue el punto de inicio de un tradición que ha llevado a sus peregrinos
a sacrificios sobrehumanos, pongamos las gafas de la época, como dice José Carlos
de Memorias de un tambor, y seamos conscientes de las dificultades que esta
obra entrañaba. Asturias perdió su puesto como centro de paso, de nada le valió
que fuera el primero, el primitivo. La política y la economía ya dominaban a
los Reyes de antaño, tal cual como lo
hacen ahora con los jefes de gobierno. Fue esa su lacra, la
herida abierta por unas tierras de horrible orografía y escasa población. Realmente el camino viejo
ha sido olvidado o simplemente dejaron de escribir sobre él para realzar otros??
No hay comentarios:
Publicar un comentario