Llegadas estas fechas, donde se hace casi costumbre
mirar atrás y preguntarnos ¿dónde está el año que acabamos de vivir? marcan el
inicio de una etapa de nuestra vida donde alegrías, emociones, recuerdos y ausencias,
parece que se hacen más importantes .Para los romanos las celebraciones se
denominaban Saturnales, llevando a cabo
a mediados de diciembre y el comienzo de enero se dedicaban a Jano, el dios del
comienzo y las transiciones, llenando las calles con al "Annum novum
faustum felicem" (un año nuevo afortunado y feliz).
Las culturas germánicas y nórdicas celebraban un
festival invernal llamado Yule, que se extendía durante varios días alrededor
del solsticio de invierno y que ha influido en muchas tradiciones modernas de
la Navidad.
Para los celtas, el final de la cosecha y el comienzo
del invierno, que marcaba su año nuevo, se llamaba Samhain. Esta festividad,
que cae alrededor del 31 de octubre, es el origen del actual Halloween.
En Irán, la
noche más larga del año, que coincide con el solsticio de invierno, se celebra
como Shab-e Yalda o Noche de Yalda, con reuniones familiares y el consumo de
frutas.
El Año Nuevo
Islámico se celebra en la llegada del primer mes del calendario islámico,
llamado Muharram, y su fecha varía anualmente con respecto al calendario
gregoriano.
El Año Nuevo
tailandés se llama Songkran y cae alrededor del 13 de abril, su nombre
significa "pasaje astrológico".
Como podéis observar, a lo largo de los siglos las
distintas civilizaciones vivían sus peculiares “navidades” con diversas
connotaciones que las hacían a cada una únicas.
En nuestra comarca, la llegada del mes de diciembre
nos trae representaciones en forma de nacimientos, luces y conciertos, que
marcan el inicio del decem,el décimo mes romano. Para hablarnos de ellos
tenemos en nuestro estudio a un símbolo de la cultura de la comarca, permítame
presentarles a Ángel Lueje.

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